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Palabras del Lic. Rodolfo Lara Ponte

 

México, D.F. a 20 de marzo de 2013.

Palabras del Lic. Rodolfo Lara Ponte, Oficial Mayor de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en representación del Ministro Juan N. Silva Meza, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, con motivo de la ceremonia del Quincuagésimo Aniversario del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje.

Dr. Álvaro Castro Estrada, Magistrado Presidente del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje;

Lic. Héctor Mauricio López Velázquez
Coordinador de Asesores y representante en este acto del señor Secretario de Gobernación;

Distinguidos integrantes del presídium;

Señoras y señores Magistrados de este Tribunal;

Señoras y señores: 

Con la honrosa representación del Ministro Juan Silva Meza, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, me complace dirigirme a ustedes el día de hoy, que celebramos los cincuenta años del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje; cinco décadas de la protección de los derechos de los trabajadores al servicio del Estado, quienes por años permanecieron sujetos únicamente a las disposiciones del derecho administrativo.

La consolidación del derecho laboral burocrático mexicano, fue el resultado de la búsqueda del Estado y sus trabajadores, por encontrar las soluciones institucionales que permitieran tener una regulación adecuada que hiciera posible la solución armónica de los conflictos que pueden presentarse, y a su vez, que los trabajadores contaran con reglas claras y precisas que regularan sus derechos y obligaciones.

El camino fue largo y no exento de profundos estudios y reflexiones jurídicas y laborales. Baste mencionar el “Acuerdo sobre organización y funcionamiento del Servicio Civil”, expedido por el entonces Presidente de la República Abelardo L. Rodríguez, el 12 de abril de 1934; o el “Estatuto Cárdenas”, que se refirió a la “Ley de Estatuto Jurídico de los Trabajadores al Servicio de la Unión”,  publicada el 5 de diciembre de 1938 y reformada algunos años más tarde.

Sin embargo, aún faltaba camino por recorrer: los trabajadores del Estado no se encontraban en las mismas condiciones que quienes prestaban sus servicios al sector privado, puesto que sus derechos no eran tutelados por la Constitución.

El 21 de octubre de 1960 se publicó la reforma al artículo 123 de nuestra Carta Magna, que vino a consolidar la regulación del trabajo burocrático con la creación del Apartado B),  cuya fracción XII dispuso la existencia del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, como instancia de impartición de justicia laboral de los trabajadores de los órganos Legislativo y Ejecutivo Federales.

Posteriormente, como consecuencia de esta reforma constitucional, el 28 de diciembre de 1963, se expidió su Ley Reglamentaria, cuyo artículo tercero transitorio previó que este nuevo diseño institucional, que hoy celebramos, sustituía al Tribunal de Arbitraje que le precedía.

A medio siglo de existencia del Tribunal como lo determinó el legislador federal, persiste un órgano de impartición de justicia laboral, cuya configuración tripartita garantiza las condiciones de igualdad, imparcialidad e independencia que todo tribunal debe tener.

Para lograr el cumplimiento de su tarea, fue necesario llevar a cabo un proceso de evolución, respondiendo a la necesidad de ampliar la capacidad de impartición de justicia, tanto en lo colectivo como en lo individual. Así, el Tribunal ha aumentado su número de salas, alcanzando las ocho que conocemos el día de hoy.

Debemos destacar que en el Poder Judicial de la Federación, también tenemos presente esta importante fecha, ya que el título Noveno de la Ley Reglamentaria del Apartado B) del artículo 123 constitucional, se establece la Comisión Substanciadora como órgano que garantiza los derechos de nuestros trabajadores.

El Poder Judicial de la Federación, a través de interpretaciones constitucionales de la norma laboral burocrática, ha contribuido a la consolidación de los derechos de los trabajadores del Estado, para que se ajusten a los elevados esquemas de protección que garantiza nuestra Carta Magna; por ejemplo, el tema del régimen laboral aplicable a los organismos descentralizados, la cancelación de la sindicación única, y la posibilidad de la reelección de los dirigentes sindicales, entre otros.

Este recuento histórico que todos conocemos, nos lleva a reflexionar sobre el arduo trabajo que las sociedades y sus instituciones jurídicas deben realizar, para lograr que la norma jurídica impere sobre todos –autoridades y ciudadanos trabajadores- como el único sendero para propiciar la convivencia armónica.

El Derecho es el único camino para alcanzar el equilibrio social;  la única ruta de las instituciones públicas para ejercer sus responsabilidades y garantizar al trabajador, el reconocimiento de sus derechos laborales; la vía para contribuir a su dignidad; a su desarrollo humano y el de su familia;  y con ello, a la justicia social y al fortalecimiento de la Nación.

Es justo reconocer a todos los trabajadores del Tribunal, a los secretarios de acuerdo, de audiencias, proyectistas, actuarios, secretarios generales, secretarios de estudio y cuenta, y por supuesto a las magistradas y los magistrados que han colaborado en este órgano jurisdiccional en el transcurso de estas cinco décadas.

En este año 2013 celebramos que el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, ha realizado su labor, y que en esta tarea constante de dirimir los conflictos laborales de los trabajadores sujetos a la Ley Burocrática, se ha consolidado como una institución de impartición de justicia.

Señor Presidente del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, magistradas y magistrados y en general todos los servidores públicos de este Tribunal, reciban la más amplia felicitación del Ministro Presidente Juan Silva Meza por los cincuenta años de fructífero trabajo institucional.

Muchas gracias.