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Palabras del Ministro en Retiro Mariano Azuela Güitrón

 

Palabras del Ministro en Retiro Mariano Azuela Güitrón,en ocasión del  2° Ciclo de Conferencias “Nueva Ley de Amparo, el Régimen Jurídico Laboral de los organismos descentralizados y Ética Judicial”, en el marco del 50° Aniversario del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje*

24 de mayo de 2013
*transcripción libre.

Sean mis primeras palabras de agradecimiento al Dr. Alvaro Castro, no solamente por haberme invitado a este evento, sino por las generosas palabras que pronunció, en las que incluso también con mucha generosidad, me atribuyo ser, de algún modo, el promotor del Código de Ética del Poder Judicial de la Federación, cuando en realidad con mi tendencia democrática, procuré hacer una presidencia muy participativa, y por lo mismo, en realidad en el Código de Ética del Poder Judicial de la Federación, se dieron dos factores muy claros que a mí sólo me hacen sentirme un poco coparticipe en él.

Por un lado un compromiso internacional, que se tenía con la Cumbre Iberoamericana, en donde se decidió que todos los países miembros contaran con un Código de ética Judicial, y por otra parte, para elaborar esto en un órgano colegiado en el que incluso hay tres organismos: la Suprema Corte de Justicia, el Consejo de la Judicatura y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Era indispensable que esto surgiera de cada uno de estos órganos, que participaran conjuntamente en la formulación de un proyecto, y así fue como se trabajó, aún debo decirles que esto a veces ya en la historia desaparece, que hubo un primer proyecto que no fue aprobado por estos tres órganos colegiados, hubo observaciones regresó a la Comisión y finalmente se hicieron cargo de lo que se había apuntado para corregir y fue aprobado en el año 2004, aun tuvimos la satisfacción de que antes de que surgiera el Código Modelo Iberoamericano de Ética Judicial, ya México contaba con su propio Código; pero comprenderán que cuando se habla de ética no rápidamente tiene uno el apoyo y simpatía, por diferentes motivos, pero un punto en el que muchos coinciden es un poco interrogar, ¿por qué antes no había Códigos de Ética Judicial y ahora éstos se van multiplicando?.

He escuchado con alegría que comparte el Presidente del Tribunal, que aspiran a tener su código de ética del mismo, y eso siento que es aun motivo de identidad porque la justicia que se imparte tiene características genéricas, pero también características específicas y entonces los códigos de ética pueden destacar, precisamente esas notas específicas, la próxima semana concretamente en la Ciudad de Monterrey, se tendrá una reunión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y de los Tribunales Electorales de toda la República, precisamente para presentar el Código Modelo de Ética Judicial Electoral, y cuando uno lo analiza advierte uno estas características que mencioné hace un momento, por un lado lo genérico en donde se da cierta coincidencia necesaria porque se habla de ética, pero por otro lado aquellos matices peculiares de la justicia que se está impartiendo.

Cuando yo escuchaba que por qué se hablaba de ética cuando muchos años nunca se habló, recordé mi propia experiencia, yo me involucré directamente en la impartición de justicia a partir de 1960, y puedo decir que de 1960 a 2000, nunca oí hablar de Ética Judicial, sin embargo, aún por preparar estas intervenciones me encontré una conferencia que dio Don Felipe Tena Ramírez en el año 1953, en la Escuela Libre de Derecho, y en la plática haré referencia a ello, y en una de sus ideas precisamente se dolió de que en México no existiera un código de ética Judicial.

En realidad decía, mientras que los grupos de abogados sí cuentan con sus Códigos de Ética, no tenemos un Código de Ética Judicial, y esto hablamos de la mitad del Siglo XX, en donde una manifestación de un Ministro, que en ese momento era de reciente ingreso en la Suprema Corte, ya revelaba la importancia, y su conferencia se refiere a la Ética del Juez.

Yo pienso que cuando se elabora el Código de Ética del Poder Judicial de la Federación, se tiene que recurrir, entre otros elementos, a esa conferencia que fue publicada, también en el tiempo que yo estuve con esa gran responsabilidad de la presidencia de la Suprema Corte, en donde se hizo una colección de Ética Judicial y en uno de sus números aparece precisamente la conferencia de Don Felipe, yo pienso que alguna palabra tenemos que decir en cuanto a justificación de la Ética Judicial, por qué la Ética Judicial debe aparecer y esto como que nos llevaría a algo que tiene que ver con lo que ahora se llama un paradigma, el paradigma de los derechos humanos.

Debo confesar que quizás desde secundaria se hablaba de los derechos humanos, que además existe un dato histórico: la Declaración Universal de los Derechos Humanos es del 10 de diciembre de 1948. Hoy se habla tanto de los derechos humanos, porque de 1948 a la fecha, se han firmado otros muchos tratados, convenciones relacionadas con algunos derechos humanos específicos, y desde luego la reforma que se hizo en 2011, al artículo 1° de la Constitución, que vino en cierto sentido a colocar a nivel constitucional los tratados internacionales sobre la materia, ha permitido una serie de nuevos enfoques que desde luego, como todo lo nuevo, en algunos casos es terriblemente discutible, pero en fin esa es otra materia.

Por lo que toca a la ética judicial, como que tenemos que conectarlo con que un problema de toda comunidad son los conflictos que se llegan a producir, y que esto provoca un clima contrario a la paz, en la Declaración que mencionamos hay un primer considerando que para mí resulta muy significativo, dice: “La Liberad de la Justica y la Paz del Mundo, se basan en la dignidad intrínseca y en los derechos iguales e inalienables de la gran familia humana”, está haciendo un reconocimiento de que hay un punto que puede servir, y de suyo sirvió en esta Declaración, para que se diera la coincidencia de una gran cantidad de naciones que tenían, incluso posiciones ideológicas completamente diferentes, y sin embargo, llegaron a coincidir.

Debe haber elementos y esto es la ética, elementos que son reconocidos por todos los que actúan con recta intención y con buena fe y que descansa en lo que dice este primer considerando de la Declaración: dignidad intrínseca y derechos iguales e inalienables de todos los seres humanos, y de aquí va a surgir esa posibilidad de conflictos y la necesidad de que esos conflictos se resuelvan, pero aquí hay un elemento sociocultural que para mí también muestra por que hoy se tiene, no sólo que hablar de ética, sino que haya Códigos de Ética y es la mayor presencia que tiene la comunidad en torno a todos los problemas.

En el año 2003, hubo una campaña intensa, recuerdo que sobre todo la estuvieron promoviendo dos periódicos en México, el periódico el Universal y el periódico Reforma, en favor de la transparencia, y esto se tradujo después en una Ley de Transparencia, y todas las autoridades tenemos como un compromiso la rendición de cuentas, y hoy como todo esto sale a la luz, como que exige que haya ciertos criterios que permitan juzgar hasta qué punto las autoridades están actuando correctamente, como que habría un esquemita, posibilidad de conflictos, necesidad de que se resuelvan pacíficamente a través del derecho, y por personas con la idoneidad suficiente tanto a nivel intelectual como a nivel ético, y esto ya está justificando claramente lo que es la ética.

Sin embargo, no quiero exagerar en mi argumento, porque yo pienso, y en esto coincido con algún filosofo que en un congreso de filosofía, allá por los años 60´s, habló de la fe, y yo pensaba que era una conferencia de tipo religioso, pero no, su conferencia era demostrar que la vida en comunidad en buena medida se debe a la confianza recíproca que se da entre los seres humanos, y yo en esto tengo un ejemplo en mi vida, alguna vez llegaba a la casa de ustedes y mi esposa me dijo: ve a la tintorería por los trajes, yo finalmente abogado le hice el planteamiento me das la nota y me dio una respuesta muy femenina, no se necesita nota, tú simplemente di que vas por los trajes de la calle tal y como en ese tiempo quizás no, pero con el tiempo lo he entendido, hay dos frases de Napoleón que son fuente de felicidad una de ellas dice: “Cuáles son las únicas batallas que se ganan retirándose, las de los hombres con las mujeres” y la segunda “Cuando quien no se retira sino hasta que ganan las mujeres”.

Ante ello, obviamente tiene uno que tener conciencia de esa situación como yo la tuve, un poco instintivamente cuando recibí esa orden, fui con la ilusión de que me dijeran ¿trae la nota?, pero ya las mujeres sobre todo se están riendo, porque simplemente cuando oyeron de donde eran los trajes fueron por ellos, me los entregaron y regresé un poco deprimido los deje por allí un poco olvidados en alguna cama, sabiendo que en el momento en que los viera mi esposa, porque las mujeres también quieren tener constancia de sus triunfos, me diría qué decías, que no te iban a dar los trajes y yo en ese momento ya guardé discreto silencio reconociendo mi derrota. Pero es un ejemplo clarísimo de cómo surge la confianza y se multiplican las anécdotas, tiene uno un plomero, un zapatero, en fin, en el campo de la artesanía se ve mucho en que hasta pena da pedir la nota, porque uno sabe que allí obra la confianza y la buena fe y a veces da uno un adelanto y cuando llega uno por lo que encargó le dicen ¿cuánto me dio usted?, dice tanto, no hay problema lo acepta la persona, como uno aceptó que se quedara con algo que iba a arreglar sabiendo que iba a cumplir.

En aquella conferencia aquel filósofo decía, y esto es  muy aplicable y esperamos que no suceda, pero decía: todos los que estamos aquí estamos muy tranquilos, sin embargo, ninguno de nosotros vio como se construyó este edificio, si empieza a temblar, ¿se mantendrá en pie? ¿no nos pasará nada? estamos muy tranquilos, estamos en sillas que también no tenemos conciencia de cómo las hayan fabricado, estamos tranquilos ni siquiera pensamos, ahora los estoy haciendo pensar en que de pronto se pueden caer. La confianza, pero la experiencia revela sobre todo y aquí hay una paradoja cuando los medios impartidores de justicia funcionan, pasa lo que en economía, aumentan los consumidores, y entonces aumenta el trabajo, porque se confía en que una situación conflictiva se puede resolver, por personas con la capacidad que ya he mencionado, entonces va surgiendo esta necesidad de la ética judicial, hay un especialista en la materia, Rodolfo Luis Vigo, que más o menos dice: “La ética judicial es un conjunto de reglas racionales dirigidas al interior de los jueces a fin de que se conviertan en los mejores jueces posibles, a fin de lograr la confianza en la sociedad”, como que hay esos dos elementos, uno el que yo me presente como el mejor juez posible, otro el que la comunidad viendo la calidad de sus jueces les tenga confianza, y no hay que perder de vista que impartir justica difícilmente es visto con confianza por los justiciables, especialmente cuando pierden, porque cuando acuden en demanda de justicia, consideran que tienen la razón y entonces resulta muy difícil el aceptar que la decisión contraria es aceptable, entonces estamos en un terreno difícil, en un terreno en que la experiencia nos muestra que es muy fácil, después tratar de enlodar al juez por su ineptitud, por su deshonestidad, porque no resolvió favorablemente como se esperaba, sin embargo, la ética judicial tiende a crear condiciones para que esta confianza se tenga, obviamente la ética judicial es una expresión específica de ética.

En primer lugar, la ética es una disciplina filosófica de aplicación práctica, y por ello como que la ética está muy vinculada a lo que es la interioridad y que lo dice la definición de Vigo, la interioridad de la persona, la interioridad del juez, algún día, porque soy buen amigo de Vigo, le comenté y no será restringida tu definición, porque la justicia sobre todo en la época moderna se imparte con equipos de trabajo, y entonces como que yo pensaría, y lo aceptó, que al hablar del juez se tiene que entender implícitamente que se está refiriendo a todo los equipos profesional y administrativos que están impartiendo justicia, de modo tal, que un secretario, que una mecanógrafa, la persona que hace las labores administrativas, está involucrada en la ética del juez, pero en el fondo es esa expresión de la ética y alguna no tanto definición, sino explicación que veía de ética dice que es un estilo de vida que corresponde a una especial manera de pensar, que busca una conducta intachable y de excelencia que corresponde normalmente a los valores reconocidos de una sociedad y verán ustedes que eso es la ética.

Cuando uno reconoce a una persona que tiene ética es porque tiene esa conducta intachable y de excelencia en los diferentes campos de la vida, cuando esto se ve integralmente como que uno fácilmente dice esta persona si tiene ética y esta no tiene ética, las distinciones que a veces entre moral y ética, precisamente radican en esa distinción la moral es algo más bien conceptual, las normas que están vigentes de acuerdo con ciertas maneras de pensar, pero cuando esto se aterrice en un ser humano entonces es cuando propiamente se habla de ética y además la ética conecta como ya dije con algo que se va aceptando en todas las comunidades, porque responde a esa dignidad intrínseca a esa naturaleza del ser humano, se habla de las sindéresis, yo veo muy difícil que alguien rechace, que el ser humano naturalmente acepta por ejemplo el principio de no hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti, el principio contrario; has a otros lo que quieras que te hagan a ti, mentir, matar, robar es malo, alguien diría, mira que hermosa sociedad surge cuando todos se mienten unos a otros, pues diría uno está mal, no funciona, precisamente la armonía, la comunicación  el acercamiento radica en que se actúe con veracidad, cuando surge una mentira inmediatamente es una cadena de problemas que van a surgir en una sociedad y de problemas de la más diversa índole, no digamos en materia de impartición de justicia.

La justicia, la verdad y la paz dice Zagrabelsky son tres importantes elementos que se deben dar en toda sociedad, y añade enseguida, en realidad a la justicia, porque no puede haber justicia sin verdad y cuando hay justicia siempre se llega a la paz, y eso conecta mucho con la materia que estamos desarrollando.

La ética judicial es necesaria, antes de decir esto convendría aproximarnos un poco a lo que es el personaje central de la impartición de justicia, que es el juez. Es el juez el que con sus equipos de trabajo debe expresar cotidianamente su comportamiento ético y qué características, acudo en primer lugar a esa conferencia de Don Felipe Tena Ramírez, que dio en la Libre de Derecho, en el año 1953 y tomó nada más dos elementos, un elemento que hace referencia a una característica indispensable que debe tener el juez, que es la imparcialidad, dice Don Felipe Tena, el profesional de la justicia debe tener un atributo, sin el cual se puede ser buen abogado, he incluso desempeñarse con gran éxito en alguna otra profesión, pero sin el cual simple y llanamente no se puede hablar de existencia de un juez, y añade y enriquece la idea, ¿se puede hablar de juez deficiente cuando es perezoso? ¿cuando es ignorante? ¿cuando carece del sentido de justicia que por inspiración divina han llevado en sus venas los grandes juzgadores? pero no se puede hablar de juez ni bueno, ni malo, cuando carecen de esa característica esencial e informadora de lo que es un juez, la imparcialidad, no es concebible un juez que sea parcial, en ese momento deja de ser juez y se vuelve cómplice de una situación que no debe estar en la impartición de justicia, y hay otro elemento que el destaca y que más bien señala en forma negativa, que nunca debe seleccionarse como jueces a personas soberbias, y con la elegancia que lo caracterizaba expresaba: la erudición, la sabiduría y la elocuencia tienden sus redes sutiles a la vanidad y del vuelo feliz de una frase o de la exposición brillante de una teoría pueden quedar mal paradas la verdad y la justicia.

El juez debe ser humilde, el juez, sobre todo en los órganos colegiados, debe estar abierto, a ser convencido por sus compañeros, y no a tratar de sacar adelante a como dé lugar un punto de vista, y esto lo llega uno a vivir cuando desempeña la función judicial, que está uno escuchando en un órgano colegiado como era en otras épocas en la Suprema Corte de veintiún personas y que empiezan a impugnar un proyecto y uno de pronto va dándose cuenta de que no tiene la razón en su proyecto y entonces hay el peligro de la soberbia y hay quienes, con esa soberbia, ya hasta en su exposición están mostrando que tienen terquedad y ya no tienen argumentos. El Juez debe siempre poner por encima la búsqueda de la verdad, la convicción, a través de los argumentos que la demuestren.

Don Juan Díaz Romero, con la sencillez que siempre lo ha caracterizado, tuvo como primera profesión el ser maestro normalista, hace una descripción muy interesante de lo que son los atributos del juez, habla de cómo debe imaginarse uno, una especie de base, los cimientos, dos columnas, algo que está por encima de las columnas y que esto representa lo que es el juez, ahora traduzcámoslo; ¿qué debe haber abajo?, la vocación y las aptitudes para el desempeño del cargo y esto sobre todo lo podemos ver a través de ejemplo; había un Secretario de Acuerdos en una de las Salas de la Suprema Corte, del que yo había oído hablar mal, que había sido Juez, que había sido un Magistrado en algún tribunal de algún Estado de la República, pero que había fracasado y por eso se había tenido que refugiar en esa Secretaría de Acuerdos, pero de pronto se da la coincidencia de que llega a mi Secretaría un asunto en donde él había sido el Magistrado ponente en esa decisión, me acuerdo que era un asunto relacionado con algunos seguros, el estudio de la prueba pericial que realizaba el Magistrado era verdaderamente impactante, en fin, me di cuenta que era una gran sentencia y fui a comentárselo a Don Felipe, le comenté yo tenía esta idea de este licenciado, pero tengo este asunto que veo que es una sentencia extraordinaria la que dictó y me dijo no se precipite en su comentario, porque a lo mejor sí está muy bien la sentencia, pero lo que usted no sabe es que fue el único asunto que hizo en el año.

Quiero decir con esto, que una persona que aspire hacer una extraordinaria sentencia en un año, debe dedicarse a la academia, pero no a la labor jurisdiccional.

Ahora que tomaba un elevador antes de llegar aquí, veía como en una carretilla llevaban un solito expediente, pero un poquito voluminoso lo que ya me mostró que aquí no están con la tranquilidad de decir esta semana voy a dedicarme a estudiar el asunto tal, sino que tiene uno que ingeniarse, porque eso es propio precisamente de la función judicial, de ir desarrollando una especie de quinto sentido para distinguir un asunto muy fácil, de uno fácil de uno regular, de uno difícil, uno muy difícil, organizar su trabajo y en fin; tratar de algún modo de afrontar esta problemática.

Anécdota familiar; una hermana que en esa época tendría unos diez años de pronto ve que mi padre llega con los asuntos de la cuenta, como se dice popularmente en la Suprema Corte, cuando tiene uno que presentar algunos proyectos, se le quedó mirando, y le dijo, papá a ti todavía te dejan tarea; mi padre le tuvo que aclarar que no solamente le dejaban tarea, sino que era una tarea mucho más voluminosa, mucho más compleja que la que le dejaban a ella y esto también entra en la vocación, tener conciencia de las características del cargo.

Un tercer ejemplo: algún abogado famoso muy prestigiado, académico, de repente tuvo un asunto en aquella época en que privaba mucho el formalismo, había que atacar todos los argumentos de la sentencia recurrida y me encontré con un escrito de revisión, con gran numero de citas; como trabajo académico habría sido extraordinario, pero no combatía los argumentos de la sentencia recurrida y obviamente ahí se usaba una formulita que era en virtud de que no se combaten los argumentos de la sentencia recurrida, éstos quedan en pie y por lo mismo se confirma la misma; un asunto menos, pero naturalmente también se lo comenté a Don Felipe, oiga pero que raro, si este señor tiene mucho prestigio, y entonces él me dijo algo muy vinculado a lo que es la vocación; me dijo mire Mariano, recuerde usted que al impartir justicia se debe de saber descubrir los árboles, porque de otro modo se pierde uno en el bosque y es lo que le pasó a este señor. Entonces nuevamente como que tenemos algo que conecta entre la soberbia y la sabiduría, pero una sabiduría que no se sabe aplicar en la propia actividad del juez, eso estaría en la vocación.

En segundo lugar tenemos una de las columnas que sería la preparación profesional dinámica, el derecho está cambiando; entonces el juez tiene que estar al pendiente de todos esos cambios, las jurisprudencias surgen, las jurisprudencias se modifican, las jurisprudencias cambian y tiene uno que estar al pendiente de ello; quienes se dedican a la materia tributaria, por ejemplo, saben que constantemente se están modificando esas leyes y que uno tiene que estar al día y tiene uno además que ver de qué época son los asuntos para que les aplique uno, las leyes que se encontraban vigentes cuando los mismos se produjeron; entonces una preparación jurídica sólida y dinámica.

En la otra columna estaría precisamente la ética judicial, la parte superior serían los principios constitucionales que dan sustento a la ética cuando se habla de la carrera judicial refiriéndose al Poder Judicial de la Federación, pero que esto es aplicable a todos los órganos impartidores de justicia se tiene que aplicar la independencia, la imparcialidad, la objetividad, el profesionalismo y la excelencia, esos principios deben siempre regir la actuación judicial; dice Don Juan, que todo esto llega a producir en el juez gradualmente lo que es el criterio jurídico y lo explica metafóricamente; es el equivalente al ojo clínico del médico y al temple del torero, en otras palabras, es algo que no podemos definir; sino que va surgiendo como algo que empieza a formar parte del juez, cuando después de ser estudioso de ver muchos asuntos, de resolver muchos asuntos como que empieza a tener algo especial que le permite decir aquí la razón la tiene éste, aquí esta persona es culpable, aquí es inocentes, etcétera, etcétera. Naturalmente esto no excluye que tengan que fundarse y motivarse en las resoluciones y no fundarse exclusivamente en decir mi intuición de juez como el ojo clínico, como el temple del torero, me llevan a considerar que fulano tuvo la razón, bueno eso era de otras épocas, recordarán que incluso hubo algunos momentos en que se decía que como se impartía justicia en nombre del Rey, entonces no tenía uno porque fundar ni motivar, sino que se tenía simplemente que decir en nombre del Rey quien tenía la razón, pero eso ha desaparecido en la actualidad la fundamentación y motivación resultan sustanciales en toda decisión que proceda de un órgano judicial.

Utilizo un tercer ejemplo de los atributos del juez, el Consejero César Jauregui, estaba participando en unos cursos en el Instituto, como sucede a menudo, se acuerda uno de algo específico y no se acuerda uno del tema que estaba tratando, pero el hecho es que de pronto en su exposición dijo: Se han dado cuenta ustedes que los seres humanos atribuimos a los animales cualidades humanas, todos permanecimos en silencio, pero empezó a decir, velocidad y alguien, dijo el venado; fiereza, el tigre; fuerza, el león; inteligencia el búho; astucia, la zorra, y de repente dijo con qué animal identificarían ustedes al juez; y entonces se produjo un absoluto silencio y dijo él, con el elefante, y como es gordito pensó que todos íbamos a pensar que era simpatía, y aclaró y dijo no es por simpatía personal, se los voy a demostrar y entonces también en lo que resulta metafórico dijo; el juez debe tener fundamentalmente un extraordinario olfato para encontrar la verdad que le sirva para impartir justicia, como ocurre con la trompa del elefante, el juez debe tener grandes colmillos, porque siempre va a tener que descubrir la verdad entre lo que están discutiendo las partes y que más de alguna ocasión van a tratar de engañarlo, y tratar de llevarlo a donde no está la verdad, el juez debe tener como el elefante grandes orejas para saber escuchar a los justiciables y a los abogados y de este modo tener elementos para poder finalmente encontrar la solución del problema; el juez como el elefante debe tener los pies muy firmes en la tierra, porque él debe resolver conforme a la realidad que se está viendo, y no conforme a ilusiones; el juez debe tener como el elefante una piel muy dura, porque como hace un momento dije, fácilmente se le va a calumniar, se le va a atacar, se le van a hacer acusaciones para tratar de alguna manera de salvaguardar, a veces había ofrecido el abogado para ganar el caso; eso debe uno recordarlo.

Ahí tienen lo que vendría a ser el personaje central de la ética judicial, pero ahora quisiera decir algo de porqué es necesaria la ética judicial y en realidad, siempre aun cuando no se hablara de ella, era necesaria la ética  judicial, yo creo que aquí hay dos aspectos, uno, el que el juez es un servidor público de una comunidad a la que tiene que rendirle cuentas, entonces la ética judicial responde en buena medida al cumplimiento de ese deber que tiene el juez con su comunidad, pero por el otro lado, si uno piensa en esa dignidad intrínseca del ser humano, de que habla la declaración universal de los derechos humanos, va uno a advertir que de la propia naturaleza humana surgen una serie de situaciones que hacen necesario el que uno tenga ciertos puntos de referencias que son esas reglas racionales de la ética judicial, y el primer problema es la libertad, que paradoja, si el ser humano es grandioso, si en algo descansa la dignidad de la persona humana es precisamente en su calidad de ser libre, más que ser inteligente, lo importante del ser humano, desde mi punto de vista, es que el ser humano es dueño y señor de sus actos, como se llega a decir con elegancia; el arquitecto de su propio destino, pero si uno se da cuenta de cómo es la libertad y como funciona uno va advertir.

Esto lo explica muy bien en un artículo sobre este tema Jorge Adame Goddard, va a incluir por un lado la libertad de querer, ésta siempre la tiene el ser humano; libertad de querer, pero por el otro lado está la libertad de actuar, y entre la libertad de  querer y la libertad de actuar hay un paso fundamental que es traducir en conducta lo que uno tenía como intensión, y ahí es donde se va interponer tres requisitos importantes para que la libertad de actuar se realice correctamente; primero la sabiduría que guía la libertad de querer porque por naturaleza y la experiencia me lo demuestra, yo  tiendo siempre al bien, pero no siempre elijo correctamente el bien y hay muchas ocasiones en que yo elijo algo que tiene apariencia de bien y si lo llevo a la práctica mi actuación será incorrecta y causará daño, porque precisamente en una visión muy genérica del bien, el bien es aquello que favorece al ser humano, y que favorece a los demás seres humanos, si yo realizo algo que es contrario a mi propia naturaleza, y si yo realizo algo que afecto la  naturaleza de los demás estoy actuando mal, pero en principio estoy diseñado para hacer el bien, debo tener la preocupación de buscar bien el bien, que no es juego de palabras y el ejemplo también es muy fácil; el cigarro, en la actualidad tienen hasta una calavera las cajetillas, tratan de señalar que esta uno corriendo un riesgo, y si esto lo complementa uno ya con los estudios médicos, uno tendrá conciencia de que el cáncer, enfermedades pulmonares, enfermedades de todo tipo se originan en el cigarro, y a veces en el cigarro, no obstante que uno lo haya abandonado por mucho tiempo, al fin surge un problema, fumó usted, sí fume mucho, pero hace 20 años, hace 30 años, que dejé de fumar, pues fíjese que ahorita está padeciendo lo que usted trabajó allá, difícil que alguien diga que bien es el cigarro, y sin embargo, hay personas que por sentirse bien fuman, hay personas que son muy nerviosos pero fuman y se tranquilizan, hay personas que se ponen de mal genio cuando no fuman, y hasta los compañeros dicen fúmate un cigarrito para que haya más paz, entonces alrededor de esto que, aparentemente es notorio que es un mal, sin  embargo se llega a considerar como un bien, y el negocio del tabaco en el mundo sigue siendo impresionante, lo que demuestra esta situación pero a esto pueden ustedes añadirle múltiples ejemplos, se está hecho para hacer el bien y si no tiene uno la sabiduría y esto implica que analice uno, que reflexione, que consulte uno con personas que uno confíe, que van a decirle las cosas con solidez, etcétera, etcétera; entonces uno se va a equivocar y esto va en contra de la ética.

En segundo lugar se debe tener autodominio, yo veo que esto es bueno y tengo la fuerza para hacerlo, y luego se debe tener poder hacerlo, una persona puede decir bueno es bueno que yo sea presidente de la República, y cuando sea, van a ver lo que hago para transformar esta sociedad. Bueno, sí pero tienes poder para hacerlo o nada más es una bonita ilusión, tiene que tener uno el poder para hacer las cosas porque de otra manera no se realizan, y entonces en estos tres puntos está el que la actuación  sea conforme al querer y el querer esté dirigido al bien genuino, y esto por lo pronto es un aspecto de la libertad pero hay otro aspecto de la libertad que también está constantemente en el ser humano, y es la debilidad, la flaqueza de la libertad, ya dijo el señor Presidente que fue alumno mío, y veo que hay otros alumnos también honrándome con su presencia y a lo mejor ahora van a recordar que cuando yo les daba clase de sociología y tratábamos el tema del matrimonio y hablábamos de la fidelidad conyugal, yo les daba un ejemplo que aplicaba en aquél tema, pero que aplica en general en todos los temas relacionados con la conducta humana, el juego de la resbaladilla, el niño ve una escalera altísima, no se anima a subirse, pero ve a los compañeritos que se suben y se avientan y regresan contentos y se vuelven a subir, de repente se anima a subir, llega y ve la bajada y no se anima y se regresa, pues esto es lo que es la lucha del ser humano cuando hay algún problema de apartarse del bien, que hay algo que lo alienta a subirse y de repente se echa y le va a gustar y entonces se va a dar una situación curiosa que la inteligencia que de suyo está para iluminar a la voluntad para que ejercite la libertad, facultad propia de la voluntad rectamente, la inteligencia se le vuelve esclava y empieza a decirle si pues por qué no te aventabas, todos lo hacen, y además es agradable, y empieza a alagarlo y de pronto se da ese fenómeno de personas que no viven como piensan y acaban pensando como viven, porque ya su inteligencia les justificó una manera torcida de actuar haciéndoles ver que está muy bien, estos aspectos como se pueden combatir, porque a ello le debemos añadir toda una serie de riesgos en donde descansan, y esto es falta de ética, los grandes problemas de las sociedades, la ignorancia, el afán de poder, placer y riqueza, el egoísmo, la relajación de la pereza, los esfuerzos desordenados e inútiles.

Cómo combatir esto, afortunadamente sí hay formas de combatir esto, por ejemplo, la conciencia social, la conciencia social supera el egoísmo, la conciencia social un poco podríamos decir es una especie de convicción instintiva y reflexiva de la necesidad natural que tenemos los seres humanos de la sociedad y de los compromisos que tenemos con ella, de acuerdo con las condiciones que tengamos, entonces cuando una persona tiene conciencia social eso normalmente le hace superar el egoísmo, la ignorancia se supera con estudio, cómo se superan el afán de poder, placer y riqueza, con las virtudes, en el Código de Ética del Poder Judicial de la Federación se enuncian 17 virtudes, el compromiso social, el decoro, la fortaleza, la honestidad, el humanismo, la humildad, la justicia, la laboriosidad, la lealtad del orden, el patriotismo, la perseverancia, la prudencia, el respeto, la responsabilidad, la sencillez y la sobriedad, en realidad son formas específicas que van a reflejar las virtudes cardinales, llama la atención, y por más que he tratado de averiguarlo no he sabido por qué se mencionan la prudencia, la justicia y la fortaleza, y no se menciona la templanza, y en 2004 no se hablaba de los templarios, no había referencias que pudieran explicar que no se hubiera puesto la templanza, pero yo creo que si uno analiza estas virtudes, hay algunas que claramente son expresión de templanza, por ejemplo la sobriedad, la sencillez, eso deriva de la templanza, diré algo de cada una de estas virtudes, muy breve ya.

Primero la prudencia, la prudencia es una virtud extraordinaria que le permite al ser humano un poco adelantarse con su mente a lo que va hacer y esto le permite, desde luego, seleccionar adecuadamente los medios para conseguir los fines, eso le permite buscar el máximo bien y reducir el mal al mínimo o incluso evitarlo, esto le permite el equilibrar dos fuerzas  que siempre están presentes en el ser humano, una que es la temerosa desconfianza, “no me vaya a salir mal”, otra la temeraria presunción de la gran fuerza personal, “esto me va a salir extraordinariamente bien”, saber equilibrar, ni tengas temor, ni tampoco tengas presunción, equilibrarlo, también la prudencia da una enseñanza que se ha olvidado mucho, la importancia del sacrificio, el ser humano siempre se está enfrentando a problemas de sufrimiento y curiosamente no lo toma en cuenta y no trata de ver como ese sufrimiento puede, de alguna manera ayudarlos a actuar rectamente, la prudencia ayuda al ser humano a ir caminando en la vida con esa posibilidad de anticiparse y hacer las cosas lo mejor posible.

La justicia, en primer lugar, lleva a reconocer esa dignidad humana, saber respetar a la persona en su vida, en su propiedades, posesiones, derechos, en las actividades que realiza, etcétera, etcétera, no limitarse al respeto, sino dar a cada quien lo suyo, la justicia naturalmente tiene que ayudar a que la persona cuando defiende sus derechos tenga también en cuenta sus deberes, cuántas veces se habla de la justicia, cuando se habla de derechos humanos, se habla de “me respeten mis derechos humanos, pero se olvida también la justicia me exige que cumpla con los deberes que tengo y que en realidad todo derecho tiene relación con deberes. La justicia debe llevar a que la persona no se limite a lo que es la justicia privada, sino que piense en la justicia social, es el gran compromiso de una comunidad y en el fondo del trabajar para que la ética nos lleve al camino correcto debe de algún modo motivarnos para contribuir a que una sociedad sea mejor, y bien sabemos que los datos que se nos presentan por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, todavía nos hablan de índices muy elevados de pobreza, e incluso de pobreza extrema, de marginalismo, y que esto de algún modo nos debe hacer sentir que esa ética no está teniendo el impacto que debiera, porque las cosas debían ya de haberse modificado, cuando se tiene alguna autoridad también la justicia debe tener su intervención y llevar a que entienda uno la autoridad, no como una posibilidad de que yo tenga un gran prestigio, una gran fuerza, sino al contrario la autoridad debe ser vista siempre como servicio. No perder de vista que esto normalmente sobre todo en el servicio público está conectado con la idea de bien común, debo cumplir con mi función, aprovechar la posibilidad de mando que tengo, pero precisamente para contribuir a la construcción de esas condiciones propicios para el desenvolvimiento integral de todos los miembros de una comunidad,

La fortaleza, espíritu de laboriosidad que tendrá éxito cuando tenga confianza en el éxito, ello me va a realizar o me va a conducir a que realice yo el máximo esfuerzo y luego cuando ya haya realizado yo ese esfuerzo y haya culminado mi obra, entonces tenga la alegría del servicio que de algún modo me estimule a seguir adelante en esa línea de la fortaleza.

La templanza, esa virtud que no se menciona específicamente en el Código de Ética del Poder Judicial de la Federación, debe llevar precisamente al control de los apetitos sensibles, debe realmente llevar a la persona a que salga adelante cuando quiere controlar sus acciones ejecutivas y expresivas a sus acciones internas y externas, esto se ve muy bien cuando uno se propone algo, y nuevamente aparece la flaqueza del ser humano y si no se tienen esas virtudes que son conducta reiteradas que se constituyan en hábitos entonces fácilmente uno cae, cuántas veces cuando está uno en el trabajo judicial se va uno con los asuntos de la sesión del día siguiente, y tiene uno diseñado -voy a dedicar tres horas a ver los asuntos luego descanso media hora, luego tres horas para seguir viendo los asuntos-, pero tiene uno la debilidad al pasar por la televisión de encenderla, y hay un partido de futbol internacional de gran importancia, y entonces empieza uno bueno 15 minutos, no ha habido ningún gol, bueno otros 15 minutos, y acaba uno no sólo viendo el partido sino los comentaristas y al día siguiente, me voy a fijar en fulanito que a él no le gusta el futbol que seguramente sí estudio bien los asuntos y luego yo más o menos digo lo que él dijo, más o menos parafraseándolo y ya salgo adelante, y de pronto ante esas situaciones al no tener la templanza y la fortaleza no se está impartiendo la justicia que se debe.

Como verán ustedes ahí tienen el secreto de cómo poder superar todos estos peligros que tiene el ser humano y todo esto está en los principios y en las virtudes de la ética judicial, pues yo quisiera concluir esta charla refiriendo solamente unos pensamientos, uno de ellos de Giovanni Papini en el libro negro, dice: “los seres humanos, el dice los hombres, pero ahora si uno dice los hombres todas las mujeres dicen este es misógino ya nos está olvidando, y aunque esto gramaticalmente no es correcto, pero tiene uno ya que ser muy cuidadoso y hablar de las personas humanas. Los seres humanos, entonces traduciendo a Papini “los seres humanos son egoístas y feroces y a estas fieras sólo se les puede controlar con el látigo del domador o con la magia verbal del encantador, es decir, con los dictadores y con los demagogos”.

Ojalá que no estén ustedes de acuerdo con ese pensamiento, ojalá que mi plática los motive a entender que los seres humanos somos seres inteligentes y libres que podemos ser responsables, y que se nos puede motivar por dirigentes genuinos a que busquemos el bien a través del ejercicio de esa libertad responsable que poseemos.

Otro pensamiento de José Luis Martín Descalzo dice: “ser libre por ser libre puede ser motivo de orgullo pero no sirve para nada, porque la libertad es un instrumento y se es libre para que el ser humano, sus manos sin cadenas puedan construir algo mejor, la propia vida y la vida de los demás”.

Ojalá que en el papel que ustedes desempeñen en la impartición de justicia laboral burocrática, tengan en cuenta estos principios, estén convencidos sobre todo cuando ya tengan su código de ética que ver en blanco y negro, los principios y las virtudes, al menos ayuda a que uno lo tenga presente, y en ocasiones tenga remordimientos de conciencia que lo lleven a rectificar el camino, y en otros tengan el gran orgullo de estar actuando conforme a estas líneas de comportamiento, felicidades.