TFCA



Palabras del Dr. Álvaro Castro Estrada

 

Palabras del Dr. Álvaro Castro Estrada,
Magistrado Presidente del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, en ocasión del Cuarto Ciclo de Conferencias: “Reforma Constitucional en Materia de Derechos Humanos e Independencia Jurisdiccional”

Primera Parte:
Presentación del Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo



México, D.F., 5 de julio de 2013


Muy buenos días tengan todos ustedes.

       - Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.

Muchas gracias por haber aceptado nuestra invitación. Sea usted bienvenido.

        - Saludo muy respetuosamente:

         A las Magistradas y Magistrados que integran nuestro Honorable Pleno.

      A los titulares de las áreas Jurídicas y de Derechos Humanos, de las distintas dependencias que hoy nos acompañan.

        - Compañeras y compañeros.

        - Señoras y Señores.

Es un gusto iniciar este Cuarto Ciclo de Conferencias con motivo de nuestro 50 Aniversario. Al igual que en los anteriores, donde hemos contado con excelentes participaciones, hoy no es la excepción y tendremos la oportunidad, en esta primera parte, de escuchar la conferencia del Sr. Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo sobre: “La Reforma Constitucional en Materia de Derechos Humanos”, tema sin duda de gran actualidad, especialmente, para quienes tenemos la delicada responsabilidad de impartir justicia.

Como podrá usted ver señor Ministro, en el Tribunal nos encontramos en un proceso electoral para la elección de los representantes de nuestros trabajadores, en el que desde luego, el respeto a la libertad sindical está garantizado.

Antes de cederle el uso de la palabra al Ministro, permítanme hacer unas breves reflexiones:

A fin de coadyuvar al pleno acceso de la justicia laboral, cuya inmediatez es esencial por su propia naturaleza, se requiere acabar de comprender el nuevo paradigma del sistema jurídico que nos compete aplicar.

Como bien se señala en el libro “El Nuevo Juicio de Amparo”, de los autores Eduardo Ferrer Mac-Gregor y Rubén Sánchez Gil, y que fue presentado esta semana, la Reforma Constitucional en Materia de Derechos Humanos de junio de 2011, debe analizarse a la par de “su gemela”, la nueva Ley de Amparo, ya que “Ambas reformas constitucionales [sientan las bases para una transformación de la justicia mexicana en su totalidad] y [representan, en el fondo, un cambio cultural]”

Si bien es cierto que nuestro Tribunal cumple cinco décadas de impartir justicia en materia laboral entre el Estado y sus trabajadores y/o sindicatos, también lo es que para cumplir con tan honrosa labor, necesitamos conocer y utilizar de manera adecuada las nuevas herramientas que ha puesto a nuestro alcance el Constituyente Permanente al realizar las trascendentes reformas en materia de Derechos Humanos y Amparo.

Es cierto, como en algún momento lo manifestó el Ministro Pardo Rebolledo, que los jueces deben ser reales impartidores de justicia y no meros aplicadores de la ley ya que “…sus manos están llenas no sólo de fojas que componen un expediente, sino que la resolución de un litigio determinará un hecho trascendente en la vida de un ser humano, de una familia o de una comunidad”.

En el caso de éste Órgano de Impartición de Justicia, nuestras resoluciones van determinando tanto: “un hecho trascendente en la vida de un ser humano” y, concomitantemente, la propia responsabilidad que tiene el Estado como Patrón, modelo a seguir por la sociedad misma.

Es por ello fundamental continuar con los esfuerzos para la modernización del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, no sólo con recursos materiales y tecnológicos que puedan hacer más expedita la aplicación de la justicia, sino fundamentalmente, la modernización debe estar enfocada a lo más preciado del mismo: las personas, que día a día están atendiendo los conflictos y planteando la aplicación de la justicia.

Una justicia que hoy debemos de volver a comprender, no porque sea “una nueva justicia”, sino porque tenemos que integrarla más allá de las fronteras conocidas para poder acceder, sin miramientos ni perjuicios, a la verdadera aplicación de las normas que protegen a la persona en su calidad de ser humano.

En este contexto, me place presentar al Ministro Pardo Rebolledo, sin duda, una de las personas más calificadas para exponernos el tema.

Jorge Mario Pardo Rebolledo

    Abogado por la Escuela Libre de Derecho. Se tituló en 1986, con la tesis: “La reclamación electoral ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación”, obra que fue laureada con Mención Honorífica.

    Maestro en Derecho de Amparo por el Instituto de Ciencias Jurídicas de Estudios Superiores.

    Máster en Derecho Civil y Familiar por la Universidad Autónoma de Barcelona, España.

    Doctor en Ciencias Penales por el Instituto de Ciencias Jurídicas de Estudios Superiores.

    Cursó, además la Especialización Judicial en el Instituto de Especialización Judicial del Poder Judicial de la Federación y los Diplomados en Derecho Constitucional y Amparo; y en Temas Selectos del Pensamiento Jurídico Contemporáneo; entre otros.

    Ha impartido cursos de Amparo Civil y Administrativo en diversas Instituciones de Capacitación del Poder Judicial y cuenta con muy diversos artículos y publicaciones en revistas especializadas.

    Dentro del Poder Judicial de la Federación ha tenido una gran experiencia, ya que inició como Actuario, Secretario de Juzgado, Secretario de Estudio y Cuenta, Juez de Distrito, Magistrado de Circuito, y Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Hoy preside la Primera Sala del Máximo Tribunal de Justicia.

Una vez dicho lo anterior, le pediríamos al Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo nos haga el favor de impartir su conferencia….

Muchas gracias.


Palabras del Dr. Álvaro Castro Estrada,
Magistrado Presidente del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, en ocasión del Cuarto Ciclo de Conferencias: “Reforma Constitucional en Materia de Derechos Humanos e Independencia Jurisdiccional”

Segunda Parte:
Presentación del Ministro en Retiro Juan Díaz Romero


México, D.F., 5 de julio de 2013

Muy buenos días tengan todos ustedes.

        Ministro Retiro Juan Díaz Romero.

Bienvenido a este Tribunal, nos da mucho gusto contar con su participación esta mañana.

        Saludo nuevamente a nuestros distinguidos asistentes a este evento.

        Me da mucho gusto que nos acompañe:

        La Licenciada Margarita Darlene Rojas Olvera, Presidenta de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal. Gracias por su presencia.

        Señoras y Señores.

México, al ser el primer país en incluir garantías sociales en su Carta Magna, debe también hacer caso de las nuevas realidades sociales para hacer valer tales postulados.

La reforma Constitucional en Materia de Derechos Humanos demanda hoy no sólo el cumplimiento de los derechos sociales al trabajo, la educación, la salud, la vivienda, sino nuevos y diversos servicios sociales vinculados a valores universales como la equidad, igualdad de oportunidades, tolerancia y reconocimiento. Estas demandas hacen más compleja la exigencia tradicional de justicia social.

Son las normas constitucionales, como fuerza reguladora de primer orden, las que pueden contener tales intereses y proteger a la persona en su carácter de individuo social, y son también dichas normas las que proporcionan los elementos a los jueces para concretar en la realidad, la protección a esos derechos fundamentales.

Esa responsabilidad de hacer que el derecho sea una realidad, esa gran responsabilidad es la que tiene hoy nuestro Tribunal. Y es por ello que se requiere de todo el apoyo inter e intra institucional para poder cumplir con tan noble encomienda. Si un derecho no puede aplicarse, hacerse real en la vida cotidiana, no es un verdadero derecho, se trata meramente de una buena intención.

La labor jurisdiccional para realizar las normas jurídicas, debe estar protegida para que pueda realizarse imparcial y adecuadamente. Ser juzgado por un juez imparcial, es en sí un derecho fundamental al debido proceso.

Hoy necesitamos consolidar nuestra institución en su quincuagésimo aniversario, al renovarla para que estemos a la altura de los nuevos retos de impartición de justicia laboral burocrática.

Como lo señalé en la entrevista que acaba de publicar la Revista el Mundo del Abogado, existe “…la imperiosa necesidad de profundizar la impartición de justicia laboral en nuestro país, de ahí que estemos impulsando con toda convicción un proyecto modernizador del Tribunal, que supone establecer los cimientos para una mayor capacidad técnica y de operación, porque de esa manera servimos mejor a quienes demandan justicia…”.

El Ministro en Retiro Juan Díaz Romero que hoy nos hace el honor de acompañarnos, en algún momento de su extensa -e intensa- carrera Judicial, afirmó que:

“…la labor del juez no es un trabajo, es la responsabilidad honorífica de toda una vida y, aunque en la soledad de su función, se le figura que nadie se fijará en su resolución: eso no es cierto. La sentencia, una vez firmada, automáticamente se convierte en una parte de la historia mexicana, para enaltecerla o degradarla”.

Nuestro país nos exige enaltecer su historia; la democracia que se ha consolidado debe ir en ascenso. Los derechos que se han adquirido deben ser garantizados; las normas jurídicas deben ser aplicadas por jueces imparciales que logren atenuar las diferencias sociales, logrando así la igualdad de condiciones entre las partes que exigen la justicia.

Es por ello que el tema, de la “Independencia Jurisdiccional” no puede estar en mejores manos. El Ministro en Retiro Juan Díaz Romero


(SEMBLANZA)

        Es Egresado de la Escuela Nacional de Maestros y de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la que se tituló con Mención Honorífica.

        Su vocación magisterial le condujo a ejercer como maestro de escuela primaria en los años de 1951 a 1963.

        Inició su trayectoria en la administración de justicia como Secretario del Juzgado Décimo Tercero de la Sexta Corte Penal del Distrito Federal en 1962. Tuvo diversos cargos hasta llegar a ser Magistrado fundador del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal. Su trayectoria judicial continuó por más de cuarenta años.

        En 1986 fue nombrado Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, adscrito a la Cuarta Sala.

        Designado nuevamente Ministro, elegido en esta ocasión por el Senado de la República, asumió el nuevo cargo el 1º de febrero de 1995, adscribiéndosele a la Segunda Sala (en materia Administrativa y Laboral).

        Ha impartido numerosas conferencias y participado en múltiples eventos nacionales e internacionales; entre sus publicaciones destacan el “ABC de la Deontología Judicial” e “Imagen Elemental de la Hermenéutica Jurídica”.

        Recibió en 2012, en la celebración de la Cumbre Judicial Iberoamericana de Ética Judicial, el Premio Iberoamericano al Mérito Judicial.

A continuación, escucharemos la ponencia del Ministro Juan Díaz Romero. Don Juan si es tan amable de hacer uso de la palabra…

Muchas gracias.